La condesa by E. L. James

La condesa by E. L. James

autor:E. L. James [James, E. L.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-06-20T00:00:00+00:00


* * *

Después de mi reunión con Oliver, llamo a Tom y le pregunto si la intención de Alessia de encontrar a su amiga es ridícula o si es posible localizar a alguien después de haber entrado en el país de manera ilegal.

—Bueno, es un desafío —dice Tom después de haberle explicado la situación, y casi oigo que los engranajes de su cerebro chirrían al girar—. ¿Cuántas mujeres? —pregunta.

—Creo que había seis, incluyendo a Alessia.

—Qué horror.

—Sí. Alessia intentó que las demás huyeran con ella.

—¿Dónde fue eso?

—En el área de servicio de una autopista, no sé más.

—Es posible que podamos seguir el rastro de las chicas; pero, eso sí, va a ser difícil. Necesito más información. Puedo hacer averiguaciones con la policía. Tengo un contacto. Lo conoces. ¿Recuerdas a Spaffer, del colegio?

—¿Cómo iba a olvidarlo? —Todo el mundo le tenía miedo a Charlie Spafford. No me extraña que se haya unido a la policía.

—Es un mandamás. Lo llamaré. Creo que está en una unidad contra el crimen organizado. Quizá sepa algo de la red que descubriste en Cornualles. Veré si hay alguna pista que nos ayude a localizar a las chicas.

—Parece un buen plan, pero no quiero que tu investigación lleve a alguien a reconocer a Alessia. Solo me faltaba que aparezca el sargento Nancarrow.

—Entendido, amigo. No sabía que la pobre Alessia había sufrido una experiencia tan traumática.

—Debemos mantenerla al margen de todo esto. Entró en el país de forma ilegal.

—Entendido. Pero quiero hablar con ella. Si recuerda algo del lugar, tal vez podamos localizar la estación de servicio y es posible que algunas de las chicas sigan por la zona.

—Hablaré con ella.

—Recibido.

Pongo los ojos en blanco. Es imposible que deje de comportarse como un militar.

—Gracias, Tom. —Corto la llamada y miro el teléfono por enésima vez en busca de algún mensaje. Sigo sin noticias de mi madre.

¿Qué coño le pasa?

En el fondo sé que lo hace porque me desprecia. Siempre lo ha hecho. Siempre fue Kit. Kit. Kit y ella.

Antes no me importaba, pero ahora se me clava en el alma y me pregunto qué hice cuando era pequeño para provocar semejante desprecio.

A la mierda. Que le den.

Sin embargo, tengo mensajes de Caroline.



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